¿Te rendiste ante la absurda idea de nuestro amor?
Pues deberías. Esta absurda
idea que crece y desvanece cuando no hablamos por días. Absurda idea que me
ayuda a escribir porque sé que vas a estar ahí, del otro lado, para leer. Absurda, descabellada, errónea idea
que me hace querer llegar al cielo, romperlo y que sus pedazos vuelen mi cabeza
antes que lo haga tu corazón. “Absurdo” porque no tiene remedio, “idea” porque no sé cómo
definirlo. Te odio, por ser lo mejor que me dio la vida.