Desde hace unos años que no pedo parar de mentir. Sí, eso, a cada mañana
me miento. A lo mejor no todas, de vez en cuando, más precisamente cuando tengo
un sueño. Cuando uno de esos sucesos tan emocionantes que nos prepara
el cerebro me hace despertar por las mañanas siempre es incompleto, SIEMPRE. Algunos,
menores, siempre terminan teniendo un final, uno cualquiera, uno que no
importa, pero cuando sueño algo extraordinario SIEMPRE falta ese final, siempre
me levanto. Pero yo termino la historia, y siempre es con el final más
lindo, sonrió en la cama, hasta alguna vez me reí, siempre me levanto feliz. ¿Me obligo a mentir al no completar mis sueños? Yo quiero creer
sencillamente que mi cerebro me da un descanso o la oportunidad de ser feliz, 2
o 3 mañanas al mes, haciendo mi final, ese que no me animo a escribir todos los
días.
8 abr 2013
Te conocí mirando el infinito, te besé en la boca de un desconocido, te inventé para no sentirme sola, y te pierdo a cada instante por no decirte un simple hola. Cuando me fije en ese cuerpo, maravilla del amor, cuando te vi mirándome desafiando al corazón, sentí romperse en mi interior algo que no sabia como apreciar, o te entendí o te admiraba, no había más. Ya sabes la razón de que esté persiguiéndote por todos lados, arrastrando los puñales, por no agarrarte de la mano y llevarte a donde no debemos, pensando en querernos pero sin razón, por simple locura o por simple amor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)